🌿 Today We Remember the Beginnings of the Art Club.

📸 Photo by Flavia Pensavalle

Many of you may not know this, but when our beloved Art Club was born back in 2018, it all began with just one person registered.

Jane Pilla, founder of the Club, remembers that very first day perfectly.

“When I arrived at the association,” Jane recalls, “Gretchen told me:

—Jane, there’s only one person signed up.

And I replied:

—Really, Gretchen? Because I invited several people, and at least four told me they would come.”

Little by little, more people started arriving. Jane sat at the head of the table: on one side was Ana, who helped her found the Club; on the other, another Ana, who lived in Virginia; and there were also María and Isabel, the first founders and companions on this journey.

Across from Jane, there was a seat reserved for the only person who had officially registered.

And the name of that person was Cristo.

Weeks later, during the first Greek Mythology workshop —led by Jane herself— “Cristo” showed up. He was Greek and joined with great enthusiasm, helping to make some beautiful rings that later became known as the “Rings of Cristo.”

With those rings, funds were raised for the Mother’s Day Luncheon, and each piece became a symbol of unity and hope. Cristo himself made thirty-three rings, out of a total of fifty.

In time, he left to work at Dulles Airport and never returned, but he remains remembered by everyone as a great friend and ally of the Club.

Jane remembers that when she got home that very first day, she told her mother everything that had happened —and ended up in tears.

“It felt as if two angels had been present: Ana, the other Ana, María, and Isabel.”

When she asked her mother who Isabel was in the Bible, her mother replied:

“Isabel was Mary’s cousin, the first person Mary went to visit when Jesus arrived.”

And now, as if the story were repeating itself, a new companion has joined us — Jesús, a recent member of the group.

“I think, my God, it feels like a renewal,” Jane says with a smile.

“How wonderful that the Club is still open, that Jesús is coming, and that we continue to welcome more men into our activities.”

That spirit of collaboration remains unchanged. Everyone helps one another, sharing what they’ve learned —even when tools are missing— relying on memory and collective creativity.

Thank you, Jane, for sharing this story filled with faith, art, and community.

Thank you, Flavia Pensavalle, for capturing the spirit of this day through your lens and for being such an essential part of our story.

And thank you to everyone who continues to keep alive this beautiful mission to create, share, and transform.

✨ Art unites. Community sustains

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🌿Hoy recordamos los comienzos del Club de Arte

Tal vez muchos no lo sepan, pero cuando nació nuestro querido Club de Arte, allá por el año 2018, todo comenzó con una sola persona inscrita.

Jane Pilla, fundadora del Club, recuerda perfectamente aquel primer día.

“Cuando llegué a la asociación”, cuenta Jane, “Gretchen me dijo:

—Jane, solo hay una persona registrada.

Y yo respondí:

—¿De verdad, Gretchen? Porque invité a varias, y al menos cuatro me dijeron que vendrían.”

Poco a poco, las demás fueron llegando. Jane se sentó en la cabecera de la mesa: a su lado estaba Ana, quien la ayudó a fundar el Club; del otro, otra Ana, que vivía en Virginia; también estaban María e Isabel, las primeras fundadoras y compañeras de camino.

Frente a Jane había un lugar reservado para la única persona que oficialmente se había inscrito.

Y el nombre de aquel inscrito era Cristo.

Semanas después, durante el primer taller de mitología griega —dirigido por la propia Jane—, “Cristo” se presentó. Era griego y participó con entusiasmo, ayudando a fabricar unos hermosos anillos que más tarde serían conocidos como los “Anillos de Cristo”.

Con esos anillos se recaudaron fondos para el almuerzo del Día de las Madres, y cada pieza fue un símbolo de unión y esperanza. El propio Cristo elaboró treinta y tres anillos, de un total de cincuenta.

Con el tiempo, él se fue a trabajar al aeropuerto de Dulles y no volvió, pero quedó grabado en la memoria de todos como un gran aliado y amigo del Club.

Jane recuerda que al llegar a casa aquel primer día, le contó a su madre todo lo ocurrido y terminó llorando.

“Era como si hubieran estado presentes dos ángeles: Ana, otra Ana, María e Isabel.”

Cuando le preguntó a su madre quién era Isabel en la Biblia, ella respondió:

“Isabel era la prima de María, la primera persona a la que María fue a visitar cuando llegó Jesús.”

Y, como si la historia se repitiera, hoy vuelve a aparecer un nuevo compañero: Jesús, un miembro reciente del grupo.

“Pienso: Dios mío, parece una renovación”, dice Jane con una sonrisa.

“Qué bueno que el Club siga abierto, que Jesús esté viniendo, y que sigamos atrayendo también a más hombres a nuestras actividades.”

Ese espíritu de colaboración se mantiene intacto. Todos se ayudan, todos comparten lo que aprendieron, incluso cuando faltan herramientas, confiando en la memoria y la creatividad colectiva.

Gracias, Jane, por compartir este recuerdo lleno de fe, arte y comunidad.

Gracias, Flavia Pensavalle, por capturar con tu lente el espíritu de este día y por ser parte esencial de nuestra historia.

Y gracias a todos los que continúan manteniendo viva esta hermosa misión de crear, compartir y transformar.

✨ El arte une. La comunidad sostiene.